La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado al edulcorante utilizado en la Coca Cola y otros productos como «posiblemente cancerígeno». El aspartamo, un edulcorante no nutritivo que se ha utilizado desde la década de 1980 en bebidas bajas en calorías, chicles, postres y otros alimentos, ha sido objeto de evaluación por parte de dos grupos de expertos internacionales.
La OMS ha realizado diferentes evaluaciones basadas en estudios sobre los efectos del aspartamo en la salud humana. Uno de los grupos concluyó que el consumo de este edulcorante es «posiblemente cancerígeno para el ser humano», aunque reconocen que las pruebas de una relación causal clara entre el aspartamo y el cáncer son limitadas.
El doctor Francesco Branca, director del Departamento de Nutrición y Seguridad Alimentaria de la OMS, explicó que el aspartamo es ampliamente utilizado como sustituto del azúcar en bebidas y alimentos, pero los dos grupos de expertos realizaron diferentes evaluaciones sobre su seguridad.
El grupo de trabajo de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) examinó estudios científicos disponibles y concluyó que el aspartamo pertenece al Grupo 2B, lo que significa que es «posiblemente cancerígeno para el ser humano». Sin embargo, las pruebas aún no son concluyentes.
Se han identificado pruebas limitadas que relacionan el consumo de aspartamo con un mayor riesgo de cáncer de hígado, específicamente el carcinoma hepatocelular. Estos estudios epidemiológicos se llevaron a cabo en Estados Unidos y diez países europeos. Aunque la evidencia es limitada, se considera que existe una asociación potencial entre el aspartamo y este tipo de cáncer.
Por otro lado, el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) concluyó que no hay evidencia convincente de que la ingesta diaria aceptable de aspartamo pueda causar cáncer. Este comité realizó una evaluación de riesgos, revisando la ingesta diaria admisible y la exposición dietética al aspartamo. Según este comité, el aspartamo es seguro para el consumo humano.
Las dos evaluaciones se complementan entre sí y han permitido una evaluación exhaustiva de los efectos del aspartamo en la salud. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la clasificación de la IARC no tiene en cuenta los niveles de ingesta ni el riesgo real, lo que puede generar confusión entre los consumidores.
La Asociación Internacional de Edulcorantes ha respaldado la seguridad del aspartamo, citando las conclusiones de más de 90 agencias de seguridad alimentaria de todo el mundo, incluida la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). Según esta asociación, la clasificación de la IARC coloca al aspartamo en la misma categoría que algunos alimentos comunes y no implica una recomendación de dejar de consumirlos.
En conclusión, la clasificación del aspartamo como «posiblemente cancerígeno» por parte de la OMS ha generado preocupación. Aunque se requieren más investigaciones para establecer una relación clara entre el aspartamo y el cáncer, es importante que los consumidores estén informados sobre los posibles riesgos y tomen decisiones fundamentadas sobre su consumo.