Cerca de las 19:00, el presidente Javier Milei arribó al Hotel Libertador, su habitual búnker porteño, acompañado por la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, quien había llegado una hora antes para encabezar una reunión de coordinación política. En el entorno de La Libertad Avanza (LLA) reinaba un clima de optimismo, con sondeos preliminares que proyectaban una ventaja superior a los cinco puntos sobre el kirchnerismo a nivel nacional.

El boca de urna que manejaba el oficialismo estimaba un resultado favorable con una diferencia de alrededor de cinco puntos, aunque algunos dirigentes se mostraban aún más confiados y hablaban de la posibilidad de alcanzar el 40% de los votos, algo considerado impensado en la previa. No obstante, desde el propio espacio advertían que esos números eran provisorios y debían tomarse “con pinzas”, ya que todavía había escuelas abiertas y faltaban datos consolidados.

En las provincias más pobladas, donde suele definirse la elección, los referentes libertarios también expresaban satisfacción con el desarrollo de los comicios. En esos distritos se observaba una participación elevada, aunque los dirigentes aclaraban que se trataba de cifras dentro de los parámetros habituales.

En Santa Fe, el candidato libertario Agustín Pellegrini aparecía, según relevamientos internos, empatado con Fuerza Patria, con Provincias Unidas más rezagada.

Por su parte, en territorio bonaerense, el PRO tomó protagonismo en el tramo final de la campaña, y en el entorno de Diego Santilli confiaban en haber reducido la brecha de 13 puntos registrada en septiembre, estimando una diferencia actual de entre 5 y 6 puntos.

En la Ciudad de Buenos Aires, la expectativa oficialista era alcanzar el 50% de los votos, una meta ambiciosa pero que dentro del Gobierno consideraban posible.

Los candidatos del PRO, encabezados por el ex secretario general de la Presidencia Fernando de Andreis, tenían previsto reunirse primero en la sede partidaria de Balcarce 412, para luego trasladarse en conjunto al Hotel Libertador, donde se aguardaban los primeros resultados oficiales con un ambiente de creciente expectativa.